El Chef ejecutivo y socio de Azafrán en Mendoza, Sebastián Weigandt, es uno de los protagonistas indiscutidos de la nueva escena gastronómica argentina. Al frente de una cocina que combina identidad, técnica y sensibilidad, su trabajo fue distinguido con una estrella Michelin en 2023 y renovado en 2024. También fue incluido en la lista extendida de Latin America’s 50 Best Restaurants (#84) y premiado con el reconocimiento a la excelencia por The Best Chef Awards en Dubái. Pero su influencia va más allá de los galardones. Weigandt se consolidó como referente formador de nuevas generaciones de cocineros, y su restaurante, como semillero de talento joven.
Azafrán recibió una estrella Michelin en 2023 y la mantuvo en 2024. ¿Cómo fue ese proceso?
Fueron dos años muy intensos. En 2023 llegó la primera estrella, y fue una alegría enorme. Pero también una carga. Sentís que ya no podés fallar. Todo tiene que estar perfecto. Al principio lo viví con ansiedad. Después entendí que esa presión también te empuja a ser mejor. A mí me sirve: me encanta estar exigido.
¿Cómo definís tu cocina hoy?
No hago cocina 100% mendocina, pero Mendoza está en todo. Tenemos dos menús: uno llamado “Mendoza”, con productos y vinos de la provincia. Otro, “Argentina”, que también recorre sabores de otras regiones. Me gusta que el comensal se lleve una experiencia cultural, que entienda de qué se trata cocinar en este lugar del mundo.
El vino tiene un rol clave en tu propuesta, ¿cómo lo integrás?
No cocino para el vino en Azafrán. Trabajamos en conjunto con el equipo de sommeliers, liderado por Camila Torta, para encontrar la armonía. No seguimos una línea estricta. Probamos, nos divertimos, discutimos. Y eso se nota. En otros proyectos que tenemos en bodegas, eso cambia, y sí pensamos en cocinar para el vino.
¿Qué platos sentís que definen tu propuesta?
Uno muy emblemático es el macarrón de algarroba con queso de cabra y charqui de chivo. También el tomaticán. Pero en realidad me gusta pensar en sabores, no en platos. En combinaciones que emocionen.
Fuiste premiado también por The Best Chef y por 50 Best. ¿Te lo esperabas?
Uno no trabaja para eso, pero cuando llega se agradece. La invitación a Dubái fue muy emocionante. Sentís que Mendoza está en el mapa. Que lo que hacés, desde este rincón, puede tener impacto internacional.